A veces si, a veces no. Cuándo amanece te adoro, cuándo el día oscurece
empiezo a aborrecerte. Hay tardes en las que extraño tu aliento, otras que,
simplemente, me apesta. Antes de cada beso tuyo levito, después de ellos vuelvo
a caer. Tus palabras me embriagan, tus conversaciones me cansan. Ayer disfruté
de tu compañía, hoy olvídate de mis caricias.
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