Después de todo el tiempo que
pasé esperando y preparando lo de anoche, no me dejaste siquiera ni con miel en
los labios. Me supo tan a poco que tuve que consolarme, al llegar a casa,
descorchando una botella de vino y tragándome, con despecho, hasta la última
gota. De eso y de las colillas de catorce cigarros fueron lo único, ajeno a mi cuerpo,
de lo que pudieron disfrutar mis labios.
Hoy, aún con dolor de cabeza, me
acusa una terrible decepción encausada por la enorme vergüenza que siento al
haber mostrado algún grado de encono por un ser tan lineal como tú. Y sigo
despechado.
RESENTIMIENTO, SI QUE SE DE ESO...
ResponderEliminarResentimiento es el dolor propio reflejado de nuevo en uno mismo... es mejor mantenerlo alejado, si se puede , claro.
ResponderEliminarSaludos Bobby ;)
Estoy de acuerdo con Teyalmendras. Hay que aprender a olvidar el resentimiento es un sentimiento que no aporta mas que sufrimiento, aunque a veces si su origen es el amor, nos sumergimos en él con un cierto placer.
ResponderEliminarUn abrazo
¿Placer engañoso promovido por falsas esperanzas? Sí. Lo admito, siempre me dejo llevar.
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