Aún llueve y todavía recuerdo,
como si de hace unos segundos se tratase, lo de anoche. Llevaba alcohol
inyectado en vena, la garganta áspera por la última caja de tabaco y medias de
rejilla. Las gotas de lluvia se posaban en mi piel, sedienta, y provocaban un
aire extasiador. Mi mirada jugaba, perdida, con las luces de la noche, mis
pies, desnudos, vagaban por el asfalto buscando refugio. Sobrevivía mi alma,
aturdida, en una calle remota de la ciudad que no recordaba haber pisado nunca,
ni tenía intención de volver a hacer. El agua caía, con torrente, por mi nuca,
mi lengua se deleitaba con la humedad de la madrugada. Me aparté el cabello
sintético que cubría mi cabeza y descubrí una salida.
Aún no cesa y mis ojos buscan
cordura a través de la lluvia en el cristal.
Me has dejado sin palabras... increíble!
ResponderEliminarGracias, eso me hace seguir.
ResponderEliminarQue bonito lo que escribes, gracias por seguirme, te sigo, Un besazo ;)
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