Otra vez hablando solo. Me paso
toda la noche en vela susurrando a la almohada lo que tu ausencia me limita
contarte a ti. Busco en el hueco que dejaste en mi colchón de muelles algún
signo de tu peso en él, me vuelco y me hundo, me aferro y te pienso, me toco y
te llamo. Tu presencia se vuelve presente y converso contigo durante horas.
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