viernes, 24 de junio de 2011

« paño de lágrimas »

Ahora que estoy, otra vez, hundido me acuerdo de la cortina de mi habitación en la que me envolvía para desaparecer. Verde hasta el suelo. Me apoyaba en la pared de cuclillas con los ojos cerrados parando la hemorragia de agua salada que emanaba de ellos. Con las manos en los oídos hacía presión a la vez que, girando la cabeza hacia los lados, negaba lo ocurrido. Y desaparecía.

3 comentarios:

  1. Magnfica imagen de la infancia... desaparecer ante los problemas. Aun hoy, en plena etapa adulta... son irrefrenables esas ganas de esfumarse cuando las cosas se tuercen.
    Un placer leerte.
    Saludos ;)

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  3. ¡Enhorabuena!

    Tienes un modo de escribir que cala muy dentro.

    Escondete si quieres pero nunca más de 30 minutos.

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