Abro los ojos. Estoy acostado, de
lado, frente a la ventana, que permanece abierta desde que ayer el calor era
insoportable en cualquier rincón de la ciudad. Yo me las he arreglado con eso y
con un ventilador que tiene las aspas llenas de polvo y al que le cuesta
arrancar. El tiempo ha cambiado y ahora, cuando calculo que faltan unas dos
horas para que amanezca, el visillo de la cortina se levanta con un baile hacia
dentro y fuera de la habitación, provocado por la fría brisa de la madrugada. A
la vez que mis pupilas se acostumbran a la oscuridad, me entorpece el
movimiento, al querer cambiar de posición, un brazo velludo que reposa sobre mi
cadera.
¿Quién es hoy?
Simpática conclusión.
ResponderEliminarUn abrazo :)
Es quien tu quieras que sea.
ResponderEliminar:)
Las noches mas calurosas estan por llegar, me encanto el texto :)
ResponderEliminar*Besos