sábado, 2 de julio de 2011

« tengo lunas »

Jugar con la arena de la playa entre mis dedos, intentando hacer pequeñas dunas de grava negra, me recuerda a cuando te tocaba la espalda, cubierta de sal, mientras mirábamos en la orilla como la luna besaba a su gemela desde el cielo hasta el mar. Esas noches eran de ensueño porque únicamente importaba que estuviéramos juntos, que disfrutáramos estando solos y haciendo juramentos eternos que se romperían al amanecer.

Y aunque los días eran como infiernos no estaba mal poder soñar contigo hasta que el sol despertara al corazón que la luna había hipnotizado.

3 comentarios:

  1. La playa tiene ese efecto en las personas que palpitamos con poesía ( o lo que se parezca).
    Muy bonito.

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  2. Me gusta mucho esta entrada... me huele a despedida. No podría adivinar la historia (real o imaginaria) detrás de ella, pero de alguna extraña manera me identifico.

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