Aquella vez, cuando te juré que todo pasaría tal
cual habíamos planeado, no conté con que no sólo éramos dos, con que también,
además de tú y yo, hablaba y decidía el destino. Con que podría olvidarte antes
de que me diera cuenta. Esa vez me olvidé de preguntar, antes de hacer
promesas, cuánto dura el amor, y cuánto dura el olvido después del perdón.
Ahora el juego comienza otra vez, yo ya olvidé, y tú no te has dado cuenta. Tú
no me ves.
Seré todo lo que tú me pidas que sea, intentaré soñar todo lo que no pueda ser.
Tú, ahora, no me ves.
Interesante blog... te seguiré leyendo.
ResponderEliminarY sí, jurar puede ser un problema, porque nuestras expectativas se modifican, como consecuencia de que la forma en como vemos el mundo cambia.
Recuerda olvidar solo lo necesario.
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