Casi con cuatro segundos de
tiempo de reacción me doy la vuelta para seguir con la mirada, incrédulo, tus
maneras cuando pasas por mi lado y rebasas queriendo la línea de lo
absolutamente soberbio. Así, para cuando has cruzado la calle, yo permanezco
inerte y sorprendido por tu reacción. Sabía, teniendo en cuenta como eres y
habiéndote conocido durante los últimos años de mi vida, que me darías
bofetadas de ese tipo, que intentarías hacerme daño y acertarías en como dar en
el clavo. Resignado, como siempre, regreso a casa desprendiendo perdones a tu
favor con mi paso, pensando en que algún día volverás.
Ese día a diferencia de hoy, contigo,
mis hombros no denotarán vanidad, mis ojos te miraran de frente y mis palabras,
aunque temblorosas, serán sinceras.
Todas las palabras son mentira... todas menos las mas sinceras.
ResponderEliminarSaludos Bobby ;)