Ve despacio. Intenta que no te tiemblen las piernas, deslízate como si anduvieras
sobre una cuerda buscando un trampolín sobre el que impulsarte. Cálmate. Cierra
los ojos y guíate por las ganas de vivir intensamente, deja atrás tu recelo. No
des tiempo a que se generen dudas y hazlo bien, actúa sin miedo a ser
rechazado, libérate de lo negro. Se rápido. Tienes que llegar antes de que
caiga la noche, supera la gravedad del abismo. Y si caes, vuelve a empezar.
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