miércoles, 21 de septiembre de 2011

« 15 sep »

Ya llegó. Es él, tal como lo soñé. Se presentó de manera tan inesperada como previsible y me miró como siempre deseé que lo hiciera, aunque fuese de la manera menos factible. Lo hizo. Esta vez mi papel fue cerrar los ojos, pensar, crear en la mente y esperar que ocurriera. Él lo hizo todo mientras yo le esperaba con los brazos cruzados desde la orilla de la que ahora es nuestra playa. Me alegro. Yo no me hubiese atrevido, yo no lo hubiera hecho mejor.

Únicamente existe un lugar en el que, cuando el sol se esconde, sólo somos tú y yo.

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