¿Y de qué me sirven los recuerdos de tu cara si ya no la puedo tocar? ¿De qué me sirven, ya, los momentos que viví junto a ti si ya no los podré volver a disfrutar? Recordarte no me hace bien. Pensarte, sin tocarte y escucharte, es como tenerte y no saber quién eres. Si ya no cubres mis fríos, si no puedo soñar contigo, si mis lágrimas no caen sobre tu pecho, ya es hora de olvidar lo que me quedó. Dejar que todo marche entre fotos, fuego y lamentos, por penúltima vez.
A veces... recuerdos son tortura.
ResponderEliminarSaludos ;)
Uno intenta olvidar pero siempre hay una imagen, un momento, un olor, que nos hace volver a recordar...
ResponderEliminarHacia mucho que no me pasaba por ningún blog.
Por fin estoy de vuelta.
Como siempre, un placer leerte...
Un abrazo.