lunes, 18 de julio de 2011

« teamomivida »

Es una sensación desoladora, que cuando menos, te hace llorar. Y no lloras, se te mojan los ojos y te hace vibrar la mandíbula, que es peor. Cada vez que mis labios se despegan de tu cara, al despedirme, mi corazón estalla herido, mi pecho convulsiona a dos mil por hora, tan rápido que se hace invisible a la vista, y mis manos te agarran fuerte como esponja al agua, como hiedra a la pared.

No superaré y gritaré que no puedo vivir sin ti hasta que te vuelva a ver. Hasta entonces te extrañaré en cada segundo. Porque es evidente, porque te amo, mi vida.

1 comentario: