Volver al lugar donde todo
comenzó me embarga la tranquilidad que me precisaba cuando tu recuerdo no era
más que cenizas expuestas al viento. Aquellas presencias, dañinas y volátiles,
que no cabrían, a partir de aquel momento, en mis sentidos.
Ahora vuelvo al mismo sitio y reabro las heridas para rociarlas con sal. Habría sido mejor solución quedarme desde el principio, al menos así, ahora, no estaría vivo.
Siempre acabamos volviendo... como ese hombre y su dos veces con la piedra. La vida es un bucle ineludible... y nos gusta volver, a pesar de que todo eso no haga daño de nuevo.
ResponderEliminarMe hiciste pensar...
Saludos ;)