sábado, 2 de abril de 2011

« algo inormal »

Te voy a contar una historia.

Yo una vez me enamoré. Me enamoré tanto tanto tanto que las canciones de amor se quedaban cortas. Me enamoré tanto tanto que no había fuerza en el mundo que pudiera hacer que me desenamorara. Todo el mundo se enamora. Y yo, yo me enamoré de ti. Me enamoré de tus tonterías. Me enamoré de tus detalles. Me enamoré del mes de julio. Me enamoré de nuestras noches infinitas de verano, de tu magia, de tu encanto. Me enamoré de tantas cosas que nunca conseguiré acordarme de todas. Me enamoré de tus manos. De tus labios. De lo nuestro en la playa. De nuestros planes de futuro. Me enamoré de cada día tres. 

Si en ese momento, en el que hasta la canción más bonita del mundo no podía compararse con nuestros besos, si en ese preciso instante no lo hubiera echado todo a perder supongo que todo hubiera sido distinto. Pero debemos entender, que el amor, como todo, termina. Unos dicen que el amor es para siempre y yo no dudaría en decirte ahora mismo que te quiero. Porque te quiero y te voy a querer siempre. Pero los besos ya no fueron iguales desde aquella vez. Y yo me enamoré de los pros y de los contras. Me enamoré de todo. Hasta que al final, me dolió tanto que nunca más volveré a enamorarme. 

Recuerdo todo lo mágico que fue. Cuando me abrazabas mientras dormías a las 4:50:10 de la noche, y cuando me mirabas a los ojos y me decías cuánto me querías y que siempre estaríamos juntos. Nuestras vidas han dado mil vueltas. Y ahora desde aquí, recuerdo la parte bonita de nuestro amor. Que el mundo ya tiene bastante como para recordar también la parte fea de la historia. En la que te vuelves egoísta. En la que tú me olvidas primero. Luego yo te quiero. Luego ya no sientes mis besos y vuelves a planear tu mundo quitando la palabra amor. Ay amor, cuánto te quise, cuánto nos quisimos. 

Pero la vida cambia y te sorprende. Y ahora busco amor por las calles, aunque no lo pueda llamar amor, lo busco pero no lo encuentro. Pero en realidad no quiero amor porque amor ya tuve de sobra.

Y te cuento esta historia, mi historia, porque enamorarse es lo más bonito, porque la vida puede ser una fábula si uno quiere, si uno decide vivir soñando. Yo lo hice. Ahora tengo otra vida. Pero mi historia está aquí conmigo, aunque pueda escribir miles de historias nuevas porque hay cuentos que nunca se olvidan y este es un ejemplo.

Las personas pueden olvidar lo que les dijiste, las personas pueden olvidar lo que les hiciste, pero nunca olvidarán cómo las hiciste sentir.

Virginia Chinea | El amor dura lo que duró el nuestro  
Escritora española, nacida en Tenerife, que se dedica principalmente a la narrativa literaria de tipo biográfico. Virginia es mi hermana menor y pese a su precocidad me invaden sentimientos de orgullo cuando escucho a sus labios pronunciar palabras tan hermosas como éstas.

5 comentarios:

  1. Felicidades a tu hermana!!! :)

    Si señor, muy intenso y muy bonito ;)

    ResponderEliminar
  2. Cuanto talento hay en tu familia!

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. La historia de siempre, pero no se podría plasmar de mejor manera, uf en que momento más flojo me ha pillado leyendo esto.

    un saludo

    ResponderEliminar