miércoles, 16 de marzo de 2011

« en hora mala »

Anoche te llamé. Desde ese momento he aclarado muchas cosas, sobre todo que me atosigan las dudas. Buscaba un resguardo para la fiebre que sentía, no lo encontré. Necesitaba que tus palabras aguardaran un resquicio de esperanza para lo nuestro, no fue así. Intenté cobijarme detrás de mis inseguridades, no me sirvió de nada. Probé a curar mis lamentos en silencio, sigo sangrando de dolor.

Decidí llamarte porque desde hace varios días, cada vez que veía tu nombre en la agenda, el tiempo se detenía varios segundos. Ayer por fin lo hice, pero no descolgaste el teléfono.

3 comentarios:

  1. maldita sea! eso suele suceder.
    te sigo

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  2. Buscando el lado positivo quizá sea un capricho del destino y todo se encamine a un encuentro cara a cara... ;)
    Me gusto la idea de la indecision resuelta en esa mezcla de decepcion y alivio al no descorgar.
    Saludos ;)

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  3. Bonita entrada, escribes muy bien! Te sigo, gracias por pasarte, tu blog está genial :):)

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