Ayer me daba igual, hoy no me importa. Si bien, de
oportunidades, puedo intentar seguir viviendo, ya no las quiero. Lo que quiero
es morir en mi estado vegetal y florecer en otro que no se acuerde de ti, cortar
de raíz las llagas de mi carne para no recordar que fueron tus huellas las que
me apretaron y lograron asfixiar. Me convertí en algo universal pero obsoleto,
en algo útil pero podrido. Qué sueño, qué susto, qué idiota.
Si después de esto te quieres quedar, quédate, pero no hagas
ruido al respirar.
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