No sé porqué lo hiciste, ni siquiera si ahora estás satisfecho. Si bien podré sanarme superficialmente en pocos segundos y físicamente en treinta y seis horas, me costará asimilar, esos veintitrés minutos de esta noche, toda la vida. Tengo tus dedos marcados en mi piel, tienes el sonido de mis alaridos en los oídos. Tu almohada segrega las lágrimas que derramé y la sangre que me quitaste. Tu cama se ha convertido en un oscuro y húmedo callejón que huele a tu basura.
¿En qué momento me convertí en “de usar y tirar”? ¿Hasta cuándo lo seré?
Genial tu blog! Me ha encantado :D Te invito a pasarte por el mío y si te gusta no dudes en seguirme!
ResponderEliminarSaludos, vintangel.blogspot.com