viernes, 25 de julio de 2014

« colonizar »

Descubrir que tu piel es más suave de lo que pensaba me irgue en alza. Sostenerte en equilibrio sobre mi pecho es tarea fácil cuando tú, liviano como una pluma, soportas el más tierno jadeo en forma de sonrisa. Y si tus manos se enredan con las mías será que aún es demasiado pronto para que te vayas. Y si tus dedos se pierden entre mis labios procuraré que encontrarlos no se torne en obsesión. Déjate caer. Seamos figuras de carne viva con fuego latente y sudor lúbrico. Sombras que a través de la persiana disponen dolor y placer, sofocan silencio y lascivia. Si no, tan sólo seamos.

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