miércoles, 4 de septiembre de 2013

« por ti »

Si tuviera a mano todas esas cosas que dices que te faltan y que necesitas, no dudaría en devolvértelas porque, aunque no existan, son tuyas. Tuyas las lágrimas que tiraste al mar, tuyas las caricias que rodeaban su figura, tuyas las sonrisas que nos dedicas a mí y al viento. Así es que quiero recompensarte, sobrevalorar el tiempo que no pude tocarte y resignarme a que cuando eras de otro también pensabas en mí. Sólo tú y tus testigos saben lo que te ocurre y pasa por la cabeza y únicamente tú tienes el poder de confesármelo. No quiero escuchar frases de derrota y cobardía, no quiero que el silencio separe nuestros labios, que se atraen sin necesidad de oxígeno. Eres fuerte, eres valiente y sus opiniones sólo son un anexo a lo que verdaderamente sientes, un afecto significativamente insignificante.

En este momento el reloj recurre poca fluidez y si a la misma vez tu pelo se mueve con el soplar de la brisa querrá decir que estás vivo, quiere decir que, si yo lo veo, estamos vivos. Ven, mójate los pies en mi orilla, cura las heridas que te quedan tras no parar de buscar, porque si bien no has encontrado lo que buscabas, has encontrado quien lo halle por ti. Abrázame, refúgiame fuerte en tus brazos, ese es el sí que necesito, la respuesta final que dará el principio de un cronograma sin pintar y cuyos trazos se definen en el lejano corto plazo.

Tengo las manos abiertas, las acompañan todos mis órganos en fila y todos bombean paz, todos sacuden armonía, todos respiran por ti.

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