domingo, 27 de febrero de 2011

« crónica de sexo anunciado »

Suena el timbre. Llegas unos minutos antes de lo que esperaba. Estoy nervioso y tu blanca risa delata lo que vienes buscando. Te abro el paso mientras te invito a tomar asiento, una excusa para mirarte de arriba abajo sin que te percates de mis intenciones. Tu voz temblorosa rebate mis teorías sobre tu seguridad cuándo caminabas con paso firme hace un momento. Punto para mí.

— ¿Quieres tomar algo?
— ¿Vamos a la cama?

Tu cuerpo me enloquece y tus caricias, de momento, me encienden. Tus labios provocan ser mordidos, tu piel, fría, resobada. Así, pidiéndotelo, te estableces en mí. Ardo de placer, tus gotas de sudor se posan sobre mi espalda y resbalan por mi columna, tus manos refriegan mis nalgas, tu lengua recorre mi oreja, tu cuello se topa con mi nuca, tu miembro me llega al alma. Punto para ti. 

El éxtasis nos hace caer sobre el colchón, harto de nuestros fluidos y jadeos, tus dedos recorren mi ombligo, los míos tu cabello. Tu mano derecha cae sobre la cama, mi izquierda sobre tu palma, con la misma rapidez que levanta el vuelo. 

— Recuerda lo que hablamos.
— Descuida, no me enamoraré de ti.

Te cubres, hasta la altura de los oblicuos, con tus slips amarillos, manchados de líquido pre-seminal, dejando entrever tu vello púbico. Tu camisa arrugada retoma su estado natural al ajustarse a tu espalda y pecho, te abrochas el pantalón con pericia y asegurando que no vuelva a ser bajado. 

— Hemos pasado un buen rato.
— Buenas noches.

Quedan dos pasos hasta la puerta y cinco segundos para volverte a ver la cara por última vez en mi vida.

3 comentarios:

  1. gracias amigo por seguir http://visitas-gratis-en-tu-blog.blogspot.com/ , tu blog esta publicado en estes blog .

    Muchas Gracias por apoyar a los novatos y esperemos que tenga muchismias visitas en este maravilloso blog

    ResponderEliminar
  2. Espero que os guste. Gracias por leerme, estoy agradecido.

    ResponderEliminar