lunes, 9 de mayo de 2011

« volver »

Caminar sobre esta tierra, húmeda del abril, me trae recuerdos de antaño, de aquel tiempo en que de niño andaba por aquí. Suena, a través del cristal de la ventana, la melodía de una caja de música y el tarareo de una canción de cuna, que ahora se distorsionan en eco a mi cabeza. Volver a pisar la hierba rociada con el sereno de mis lágrimas de nostalgia, que corren en revancha por mis mejillas, me trae también, alusiones de olor a queso, maíz quemado y helechos. Torneo con la punta de los dedos el dibujo de la piedra que adorna la fachada, castigada por la lluvia, y sorteo una sonrisa que delata mi satisfacción al regresar.

Hoy me encontré con mi pasado y no me pesa.

jueves, 5 de mayo de 2011

« myolastán 50 mg »

Son casi las doce menos cuarto de la madrugada y ya te has dormido, como cada noche, después de caer agitado en la cama. Comienzo así, dejando antes unos minutos que permitan que caigas en un sueño profundo, lo que se ha convertido en el ritual que defino como mi mejor momento del día. Me encanta acariciarte la espalda, con delicadeza, mientras observo la zona repleta de lunares. Te mantienes en posición fetal toda la noche, lo que facilita que se dibuje, con tu figura, una silueta perfecta. La oscuridad de algunas partes no me permite saber hasta que lugar de tu cadera abarco con mis labios. El desvelo termina cuando me duermo antes de llegar a tus rodillas y me pierdo el deleite de entre tus pies.

miércoles, 4 de mayo de 2011

« atrévete »

Me encanta cuando descubro, cada día, tu cara sonrojada queriendo desviar los ojos al sentido contrario al que mirabas, pero el brillo de tus pupilas te delata. Entonces soy yo el que te responde con media sonrisa de reojo, una breve carcajada y un simpático arqueo de cejas. Me derrito cuando de camino hacia mí, te desvías en el último tramo, dejando tus deseos incompletos. Adoro la forma en que tus manos me acarician tímidamente cuando me saludas estrechando el brazo. Te delatan los temblores. Rozo el clímax cuando imagino a tus labios húmedos rozar mis mejillas en sequía.

Odio que las únicas palabras que crucemos sean unos buenos días tartamudeados.

martes, 3 de mayo de 2011

« casi púrpura »

¿Te pasa algo que deba saber? Hace días que te comportas de una manera extraña, no habitual a la que estoy acostumbrado. Sólo hay una razón por la que, cada vez que hablas conmigo, mires al suelo u otro lado, por la que cada vez que intentamos cruzar palabra tu color se torna al rojo. Si intentas decirme qué es lo que te preocupa tal vez podría ayudarte o dejarte de ayudar.

¿Ya no confías en mí? Se nota que no.

lunes, 2 de mayo de 2011

« mi equipaje »

¿Esperaras a que vuelva? Siento celos de tu cama y aun no me he marchado. Durante este tiempo, de reflexión, solo tuve tiempo de hacer la maleta de mis pensamientos y recuerdos. Los doble con cuidado. Ahora tengo el cuerpo desordenado y mi clima inestable.