Caminar sobre esta tierra, húmeda
del abril, me trae recuerdos de antaño, de aquel tiempo en que de niño andaba
por aquí. Suena, a través del cristal de la ventana, la melodía de una caja de música
y el tarareo de una canción de cuna, que ahora se distorsionan en eco a mi
cabeza. Volver a pisar la hierba rociada con el sereno de mis lágrimas de
nostalgia, que corren en revancha por mis mejillas, me trae también, alusiones
de olor a queso, maíz quemado y helechos. Torneo con la punta de los dedos el
dibujo de la piedra que adorna la fachada, castigada por la lluvia, y sorteo
una sonrisa que delata mi satisfacción al regresar.
Hoy me encontré con mi pasado y no me pesa.