Me está dando una fiebre terrible al imaginarme tu miembro en mi boca, mis
dedos recorriendo tu pecho sudado, mi lengua enredándose con la tuya. Lo mío en
lo tuyo y lo tuyo en lo mío. Los ojos en blanco, la carne abierta, el placer en
forma de aullidos. Si me toco me dan espasmos, demasiada tensión para resolver
en soledad, pero me tocare pensando que son tus manos las que recorren mi piel,
sé que tu también.
¿Por qué imaginarte si puedes ser real?
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