lunes, 16 de septiembre de 2013

« ahora no, dear »

Intenté imaginar una vida contigo, pero ni imaginándolo me lo creí. Si todos los momentos que recreé, enseguida los rebatí, ¿para qué empezar a construir sobre el aire?

He pasado una gran temporada de mi vida haciendo todo de la manera en que mis decisiones me aportaran la fuerza y autonomía, necesarias, para poder ser feliz. Como consecuencia, para lo único que me ha sido útil ser tan prudente es para terminar llegando a casa con bolsas de papel, de un restaurante de comida rápida, y hablando con una gata, que me ronronea al oler la ternera de mi cena. 

Intenté imaginar una vida contigo pero el futuro, para nosotros, no es ni el lugar ni el momento.

miércoles, 11 de septiembre de 2013

« trastorno »

Si no fueras real te inventaría en semejanza a tu figura actual. He idealizado tu sombra, tu olor y tus manos. Tus manos son la clave a los misterios que esconden tu cabeza, necia, y estúpidos ojos, que no saben leer el espacio que queda entre nuestros labios. Cada vez que dices “no”, tus dedos me toman con fuerza, resistiéndose a la opinión del olvido, aferrándose al amor hacia los míos.

No hay nada más, no es necesario.

« otra vez »

Otra vez, todo se desvanece y se torna a traslúcido. Decido poner, ante mis ojos, un punto y aparte para que sigas por esa estrecha senda sin salida. Frecuentas un lugar en el que no me atrevo a revolver, un terreno oscuro en el que las carcajadas te suministran el aire que necesitas. Un juego ridículo, apuestas al peor corredor. Consciente de que la partida duró más de lo que esperaba no lamento andar, en dirección contraria, con la cabeza agachada sobre mis hombros abatidos.

Puede ser que, en este momento, nada sea suficiente para mí. Pero también sé que tengo razón al pensar que, aunque lo suficiente es relativo, no existe intención de dar brazos a torcer.

No espero nada de ti. No espero nada de nadie. Punto y aparte, pero no punto y final.

jueves, 5 de septiembre de 2013

« bucle »

No sé que pensar. No sé si creerte cuando me das la cal o seguirte queriendo cuando me das arena. Me he encontrado varias veces en esta situación, una corrida en la que yo soy la vaquilla y tú un gran maestro. Vengo, te vas. Vienes, no quiero. Voy, me convences. Vas, me decido. Quiero, no quieres.

Puta incertidumbre que me ahoga y me encierra tras tu sombra. No dejes que me rinda otra vez.

miércoles, 4 de septiembre de 2013

« por ti »

Si tuviera a mano todas esas cosas que dices que te faltan y que necesitas, no dudaría en devolvértelas porque, aunque no existan, son tuyas. Tuyas las lágrimas que tiraste al mar, tuyas las caricias que rodeaban su figura, tuyas las sonrisas que nos dedicas a mí y al viento. Así es que quiero recompensarte, sobrevalorar el tiempo que no pude tocarte y resignarme a que cuando eras de otro también pensabas en mí. Sólo tú y tus testigos saben lo que te ocurre y pasa por la cabeza y únicamente tú tienes el poder de confesármelo. No quiero escuchar frases de derrota y cobardía, no quiero que el silencio separe nuestros labios, que se atraen sin necesidad de oxígeno. Eres fuerte, eres valiente y sus opiniones sólo son un anexo a lo que verdaderamente sientes, un afecto significativamente insignificante.

En este momento el reloj recurre poca fluidez y si a la misma vez tu pelo se mueve con el soplar de la brisa querrá decir que estás vivo, quiere decir que, si yo lo veo, estamos vivos. Ven, mójate los pies en mi orilla, cura las heridas que te quedan tras no parar de buscar, porque si bien no has encontrado lo que buscabas, has encontrado quien lo halle por ti. Abrázame, refúgiame fuerte en tus brazos, ese es el sí que necesito, la respuesta final que dará el principio de un cronograma sin pintar y cuyos trazos se definen en el lejano corto plazo.

Tengo las manos abiertas, las acompañan todos mis órganos en fila y todos bombean paz, todos sacuden armonía, todos respiran por ti.