martes, 31 de enero de 2012

« en mente »

Pienso en ti. Pienso en ti y eso me hace no poder pensar en, absolutamente, nada más. Ausente con los ojos clavados en la figura que mi imaginación se encarga de recrear, torpe, incapaz de dar un paso sin acordarme de en qué dirección hacerlo, nervioso, tembloroso por la falta del cielo que me sabes alcanzar. Pensarte no es un gran consuelo al no tenerte, porque no me basta, pero, ¿qué otra cosa puedo hacer?

sábado, 28 de enero de 2012

« y.a.a.p.r. »

No sé porqué lo hiciste, ni siquiera si ahora estás satisfecho. Si bien podré sanarme superficialmente en pocos segundos y físicamente en treinta y seis horas, me costará asimilar, esos veintitrés minutos de esta noche, toda la vida. Tengo tus dedos marcados en mi piel, tienes el sonido de mis alaridos en los oídos. Tu almohada segrega las lágrimas que derramé y la sangre que me quitaste. Tu cama se ha convertido en un oscuro y húmedo callejón que huele a tu basura.

¿En qué momento me convertí en “de usar y tirar”? ¿Hasta cuándo lo seré?

martes, 24 de enero de 2012

« efecto mariposa »

Nunca es demasiado tarde para que el pasado te dé un toque en la espalda. Ese pasado que nunca se volvió pretérito del todo, ese que empieza a caminar rápido hasta que te alcanza y se pone a tu altura otra vez. Lo cierto es que ahora me pisa los talones y me siento confuso. No sé si quiero detener el paso y esperarlo mientras me fumo un cigarro o si quiero coger carrerilla hasta volver a perderlo de vista. Si lo miro desde su punto de vista, y voy delante, ¿seré su futuro que camina hacia atrás o el que se atisba más allá del horizonte para alejarse con cada paso? Y si me doy la vuelta, ¿seré yo quien se acerca mientras él sigue arrugado en algún rincón de mi tonto corazón? Será.

Odio esa cajita de carne latente en la que guardo, con nostalgia, todos aquellos mágicos y absurdos recuerdos. También lo odio a él. Y a mí.

"El simple aleteo de una mariposa puede cambiar el mundo."

domingo, 22 de enero de 2012

« tú »

Tú; siento no ser demasiado evidente, siento no ser recíproco, siento ser demasiado prudente, siento no entusiasmarte con mi sonrisa. Nunca sentiré que quererte no vale la pena. Tu pelo negro, como ya dije, al viento, sí que es evidente y recíproco. Soy capaz de buscar tu mirada, cómplice, con el simple recuerdo de su destello ante el sol. Gracias, Tú. Sin ti, Tú, no sería el mismo. Quiero ser como tú, Tú. Aventurera y apasionada. Tú. Todas las palabras hermosas del diccionario.  
I.L.Y., N.
I.L.Y., Tú.

viernes, 20 de enero de 2012

« demasiado »

Me mata la soledad de mi habitación y el frío de mis sábanas. Sin saber porqué, la oscuridad se apodera de mi cuerpo y la humedad se establece en mis huesos. Necesito salir de aquí, levantar la voluntad de mi peso y ayudarme con el brazo de tus recuerdos, que algún día fueron buenos y claros. Algún día existieron. Sonreiré cuando te toque al fin. Sin ti, mis días no serán lo mismo. Sin ti, mis noches son eternas. Sin ti, me he convertido en otro, he muerto contigo, he desaparecido para siempre. Sin lugar a dudas eres el amor de mi vida y tú no lo sabías. Ahora ya lo sabrás, aunque es demasiado tarde. Demasiado lejos. Demasiado extraño.

jueves, 19 de enero de 2012

« tinta roja »

Se pasa las horas rasgando su cuerpo en busca de alguna arteria que pueda verter, alguna gota de sangre que le sobre. Ha superado el dolor mediante la agonía que le persigue día tras día. Ella sabe que el final de la tortura se acerca, sospecha que cualquier día será el último y sueña con que esta noche lo sea. Dispone de muy poco tiempo, cronometrado por la resistencia de su defensa. Se siente reclusa y atrapada en contra de su voluntad, nunca, viva, será libre. Tiene el estómago vacío, las extremidades yertas y el corazón hueco. Su pasión ha terminado, ella misma la ha vaciado. El éxtasis de sus labios pide ayuda, sus dedos siguen elaborando el plan, deprisa, nerviosos. El agua de la bañera se torna a rojo, sus ojos se inyectan del mismo color. Blanca. Era blanca. Sus rodillas, retraídas, se liberan del ahogo, intermitentemente, buscando el calor del agua para sus ingles en sequía. El reloj se para, sus dientes dejan de rillar para morder los labios, su vello se irgue, la paz se apodera de ella. La droga de su mente ha causado efecto. Su obra está lista, su cadáver inerte.

"Si tú no estás aquí, te iré a buscar", logró tatuar en su antebrazo, plagado de bocetos sin terminar.

miércoles, 18 de enero de 2012

« etcétera »

No me importaría, al terminar con esta vida, volver a encontrarte, en la próxima, desde el principio. Me iría contigo hasta allí, te daría la perpetuidad que prometí, guardaría todo este sustento para seguir haciéndolo cada vez más grande. Etcétera, etcétera, etcétera. 

Todo lo demás lo sabes y seguirá siendo igual ayer y hoy. Todo lo demás lo sientes. Yo también.

martes, 17 de enero de 2012

« entrega »

Es poco, casi nada, lo que me separa del roce de tu piel. Tengo ganas de hundir mis dedos en ella, saborear con las manos el olor de tu carne. Es ahora, que me aproximo a ti, cuando mi cuerpo levita hasta un metro sobre el húmedo colchón por la efervescencia de mi sangre ante tu fiebre, que me alcanza y me domina. Electrificas mi cama y me encierras en una custodia de sudor y sangre. Me rocías con lo dulce de tu hiel, me derramas la risa de tus lágrimas, me ensucias con lo amable de tu llanto. Sólo te veo a ti y tú sólo amas mi figura, que comunica en Morse, que quiere cada vez más. Con la boca abierta e impregnados en deseo ardiente, dejamos de par en par el alma, sujeta al ritmo de dos latidos que se golpean a la vez.

Fluyes en mí porque eres mi sangre, 
crees en mí porque soy tus alas.

lunes, 16 de enero de 2012

« saliva »

De repente, al despertar, no noté tus manos. Ya no estás. Me sobra piel, me sobra cuerpo, me sobran kilómetros de cama. Sentí locura enfermiza al someterme a tu vacío, me acostumbraste a ti, me envenené de ti. A tu lado me alimenté de tu sabiduría, me contagiaste parte de tu madurez, probé lo que podría ser nuestra primera historia de amor individual. Porque me agarraste de la mano y dejaste tu huella, porque me apretabas a tu pecho para protegerme del frío, porque a tu lado es más fácil que nunca, porque necesito que me guíe el reflejo de tus ojos en los míos, porque me hielo cuando te vas.

Te fuiste al abrir los ojos pero me queda suficiente saliva para volverte a crear.

"Déjame ponerme a tus pies para gritarle
al mundo que ha valido la pena intentarlo."

martes, 3 de enero de 2012

« idilio »

Se entiende perfectamente el signo de tus labios al hablar. Se escapan a través de ellos palabras escondidas, acertijos amorosos, proposiciones de encuentros en la penumbra. Tu boca es evidente y me embriaga, y al acercarme a su carne, el silencio entre los dos grita, desesperado, por la locura de tu saliva. Arde mi lengua al enredarse con la tuya, recorriendo su contorno hasta el paladar. Y si, al verme, tus labios hablan, al besarme, tu lengua canta y recita la poesía que me hace detener el pulso, que me provee una sobredosis de dulzura que empalaga hasta el agua del mar que nos cubre la espalda mientras hacemos el amor.

lunes, 2 de enero de 2012

« deseos »

Cerré los ojos, apreté los párpados con todas mis fuerzas y lo hice. Te deseé tres veces en alto y hasta los poros de mi pecho gritaron tu nombre. Llegaste justo a tiempo. Te deseé justo a tiempo. Ahora ya formas parte de mí. Ahora te quiero.