viernes, 29 de julio de 2011

« poco »

Lástima sentir que tus dedos se resbalan tan rápido sobre mi piel.

Tus manos fugaces me saben a poco, tu miembro volátil escapa fugitivo de entre mis piernas. Aprenderé a convertir los minutos en horas, a que el sol no vuelva tras la luna, a desaparecer y cambiar los días por noches, el aire por besos, el agua por sexo.

jueves, 28 de julio de 2011

« dos veces »

Aquella vez, cuando te juré que todo pasaría tal cual habíamos planeado, no conté con que no sólo éramos dos, con que también, además de tú y yo, hablaba y decidía el destino. Con que podría olvidarte antes de que me diera cuenta. Esa vez me olvidé de preguntar, antes de hacer promesas, cuánto dura el amor, y cuánto dura el olvido después del perdón. Ahora el juego comienza otra vez, yo ya olvidé, y tú no te has dado cuenta. Tú no me ves.

Seré todo lo que tú me pidas que sea, intentaré soñar todo lo que no pueda ser.

Tú, ahora, no me ves.

miércoles, 27 de julio de 2011

« días del final »

En estos días me asecha la sombra de la soledad, me sigue, me aturde, se abalanza sobre mí y me araña el alma, me destroza el corazón.

martes, 26 de julio de 2011

« resusitarme »

Está en mis manos enderezar mi vida hasta el punto en que no se noten las heridas que ahora me marcan el cuerpo. Es difícil enfrentarme a mis miedos, pero me toca pensar en mí, dejar de apretar los puños y los dientes ante la rabia, dejar de llorar porque no sea capaz de solucionar mis problemas de otra forma. Hoy lo haré, intentaré destruir todo lo que me atormenta. Ojalá tenga suerte.

lunes, 25 de julio de 2011

« ¿para mí? »

No buscaba nada en concreto cuando te encontré, no esperaba a nadie. Verte sentado en el suelo, con las manos en los ojos y cabizbajo, me hizo volver la mirada y fijarme otra vez y para siempre en ti. Te recogí del frío y fuiste tú quien me dio calor.

sábado, 23 de julio de 2011

« sola y triste »

Tras las huellas de tus pies me despierta, aquí otra vez, esta tristeza. Es tan frío este lugar, ha llovido casi un mar, y no regresas. Sé que darías todo por estar aquí, faltas y el aire sobra, mis manos se congelan y el corazón estorba. Queda tanto por decir y el silencio sigue aquí, haciendo ruido. Aunque no me escucharás no me canso de gritar; te necesito. No importa lo que pase, vivirás en mí. Sin ti perdí la luna, mis noches se desvelan, el cielo se derrumba.

Sin ti soy extraña en la ciudad, tiro al blanco de la soledad. ¡Vaya forma de pensarte! Te dibujo a cada instante, sin ti soy un sueño a la mitad, presa fácil de la oscuridad, tu recuerdo pega fuerte, tengo que volver a verte. No sé estar sin ti.

Ha*Ash – Extraña en la ciudad

viernes, 22 de julio de 2011

« i ele i griega »

Hoy me está pasando. Esta noche estoy sintiendo cosquillas en todo el cuerpo, que me provocan temblores y espasmos irregulares cada veinticinco segundos, es decir, continuamente. No puedo remediar sentirme así, ni quiero, al percibir tu cercanía. Casi estás aquí, sé que quieres estar aquí, conmigo, y por eso, al cerrar los ojos, te veo. Te dibujo agarrada de mi mano, corriendo por la arena, saltando a toda velocidad con los brazos abiertos, tragando el aire que te llega de frente, imagino tu pelo negro ondulado, respirando el viento, nuestro viento, que te espera. Estoy nervioso por sustituir este sueño, entre lágrimas, por nuestro reencuentro, que está próximo, que es ya.

jueves, 21 de julio de 2011

« lamento »

Si te urge puedes andar con él. Y cuando hablo, hablo porque es mi deseo y, desde luego, sé que el tuyo también. Lo que no voy a permitir es que, por culpa de satisfacer tus excesivas pretensiones, apure mi estilo de vida para asemejarlo al tuyo. No me gusta ser tú, lo sé porque más de una vez me has metido en tu piel. Es negra por dentro y hasta huele mal, te hace tornar carácter hasta perfilar la agresividad que sostienes, escupes el mal de golpe y te lo vuelves a tragar.

No quiero ser tú ni lo volveré a ser. Si quieres puedes meterte en mi piel.

miércoles, 20 de julio de 2011

« también »

Sonríe. Ha llegado la hora de alargar la piel de la cara y mostrar la alegría que sientes estirando los labios de oreja a oreja, enseñando los dientes e incluso la campanilla. Hoy tienes motivos de reír hasta llorar, de carcajear hasta que el estomago no te aguante, hasta que la punta de los carrillos, que se te inundan en la boca, se caiga a pedazos, hasta que te alcance la voz, hasta que te aguante el aire. Tal vez tú no lo sepas pero hoy es el día en que tus ganas serán mis ganas y tu cama ya no será la mía.

También puedes llorar.

martes, 19 de julio de 2011

« mientras dormía »

¿Alguna vez te has despertado con la sensación de haber escuchado tu propio ronquido mientras dormías? A mi sí y anoche fue la última vez. No me acuerdo qué soñaba ni con quién, tal vez con tu mirada de ayer por la tarde o con los problemas que me atormentan del trabajo. Desperté de espaldas a ti, tu posición también era contraria a mí, y escuché tus lamentos, oí como tu nariz aspiraba las lágrimas que se te escapaban por dentro. No me gusta verte llorar, por consiguiente tampoco oírte. Anoche fue cruel, no fui capaz de preguntarte el motivo.

Sé que no eres feliz. Yo tampoco lo soy, lo descubrí en cuanto me dormí.

lunes, 18 de julio de 2011

« teamomivida »

Es una sensación desoladora, que cuando menos, te hace llorar. Y no lloras, se te mojan los ojos y te hace vibrar la mandíbula, que es peor. Cada vez que mis labios se despegan de tu cara, al despedirme, mi corazón estalla herido, mi pecho convulsiona a dos mil por hora, tan rápido que se hace invisible a la vista, y mis manos te agarran fuerte como esponja al agua, como hiedra a la pared.

No superaré y gritaré que no puedo vivir sin ti hasta que te vuelva a ver. Hasta entonces te extrañaré en cada segundo. Porque es evidente, porque te amo, mi vida.

viernes, 15 de julio de 2011

« desierto »

Camino sediento por el desierto de tu indiferencia, castigando mis pies descalzos entre el calor y la dureza de la roca viva. No sé si, irme de tu lado, fue lo más correcto aunque ahora estoy realmente seguro de que no volveré, decidí andar de frente sin mirar atrás, decidí borrar mi nombre y mi dirección habitual.

Falta mucho para llegar pero me encuentro lejos, porque aunque desorientado, mi rumbo es allá donde tú no estés.

jueves, 14 de julio de 2011

« a escondidas »

Aunque el sol dejara de azotarme la espalda no podría dormir. Me entretiene mirarte de reojo bajo el brazo sobre el que apoyo la cabeza. Tu también estás acostado boca abajo con la cabeza casi enterrada en la arena. Te miraré así toda la tarde. Trataré de memorizarte.

miércoles, 13 de julio de 2011

« solemne trago »

Me imagino derramando, a mi garganta, raspando el paladar con un largo trago de Whisky Maltés seco y mi boca segrega tanta saliva que me inunda los carrillos y se arremolina en la traquea para formar un nudo indestructible. Sobrio, es fácil embriagarme de su sabor irreprochable, del calor que aporta a mis entrañas, del dolor que se lleva consigo. Me intenta poseer la garra transparente que recorre su botella y mi vaso. Me implora volver, me llora la necesidad de tenerme, de amarlo, de abrazarlo y que me abrace. Me tiemblan los pies, se me nota distraído y con ganas de arrastrarme a su amarillo intenso, a su olor volátil.

Pienso que piensa en mí, piensa que pienso en él. Sudaré la forma de valerme esa última gota que se respira, esa última gota que me alimenta.

martes, 12 de julio de 2011

« la tecla a »

Esta noche he quedado con alguien que no he visto nunca, al que, como cara, le pongo una "A" de "Aleph32", su nick. El mío es mi nombre, muy poco original.

Llevo toda la tarde pensando en como comportarme, que decir y que preguntar. Tenía un esquema en la memoria del que no recuerdo nada, ahora esta en blanco, como yo. Noto que he usado más perfume del que debía pero es que ha pasado tanto tiempo después de la última cita, que no recordaba cuales eran las dosis determinadas para estos casos. Y es que creo que mis poros lo están expulsando. Siempre me pasa lo mismo. Estoy sudando. ¿Será por el paso ligero? Iré más despacio. ¡Pero no tanto, llegarás tarde!

Aquí estoy, frente a la entrada, o salida según se mire, de "El Ophoro". Es la primera vez que vengo. Ni siquiera sé si las puertas se abren hacia dentro o hacia fuera, tampoco hay ningún letrero que lo indique. Me han comentado que es un lugar bastante cool. No sé qué tan cool ni me interesa. Respiro hondo. Empujo la puerta. No abre. Un brazo ajeno se interpone ante mis ojos, entre ellos y el pomo rectangular, y tira hacia mí. Un trac indica que la acción es correcta. Por inercia lo miro y.. ¡Mierda, es el chico que trabaja en la empresa que nos provee los tóners de las impresoras!

Mientras un hola, ¿que tal? sale de su boca, la mía tartamudea un mudo bien. Luego de carraspear y lo digo en condiciones. No me apetece ver gente conocida pero me parece ver a muchos en cada rincón. Me dirijo hacia la barra, que regenta una chica morena, seguido del que ahora también puede considerarse mi salvador ante mi problema con las puertas.

    ¿Cómo te llamabas?, implora saber.
    Bobby, le digo. ¿Y tú?, ruego.

Se hace un silencio. Semicierra los ojos, ajustando la nitidez que necesita para seguir mirándome y me contesta con una sonrisa de medio lado, a la vez que me distraigo en lo blanco de sus dientes.

    Me llamo Mario. Yo soy Aleph32.

lunes, 11 de julio de 2011

« hoy »

¿Hoy? De hoy no tengo nada que decir. Mañana veremos, mañana hablaremos. Mi hoy, se terminó para siempre.

viernes, 8 de julio de 2011

« se acabó »

Me quedo con el sabor salado de tus lágrimas al despedirte. Fue todo lo mejor que pudo ser.

« cero izquierdo »

Eres mi mejor amiga una de mis mejores amigas y me da vergüenza ajena ver lo poco que te preocupa saber como me siento en general. Pues mal. Me encuentro mal, estoy fatal y aunque no lo muestre me siento decaído, sin ánimos, decepcionado por el poco interés que muestras en mí y que provoco en ti. ¿Alguna vez te has preguntado por qué no cuento contigo para confiarte mis secretos? Creo que no, porque tampoco me has mirado a los ojos cuando te hablo.

jueves, 7 de julio de 2011

« uno más uno, uno »

Únicamente me cubre el cuerpo una fina capa de bálsamo de tu sudor. Caliente. Sentado frente a tu cabeza, con las piernas de par en par, alcanzo el cielo cada vez que tu humedad me come las entrañas, que rebozan de placer y vomitan, poco a poco, el excedente y flujo de nuestro amor. Mereces haber nacido atado a la pata de mi cama, merezco que tu lengua forme parte de mi miembro. Con la espalda arqueada al borde de lo inhumano y los pezones marcando de sangre tus manos, te preparo para acceder, por fin, al templo de mi interior.

Cuando el deseo se vuelve vicio, cuando el amor se llama sexo, cuando el humano se transforma en animal. Cuando dos es uno.

miércoles, 6 de julio de 2011

« 12:00 am »

Temo, conforme camino, a la oscuridad que con cada paso se hace más fría. Me dirijo, como cada marzo, desde hace siete años, a la cita de nuestro encuentro. Llevo en la mano izquierda un ramo de tus rosas favoritas, blancas, boca abajo, para evitar que se estropeen los pétalos. Te noto cerca y parece que tu presencia me dice; ven. Podría, en este momento, llegar a ti con los ojos cerrados y una mano en el pecho. Hasta el olfato de tus perfumes me empujarían a ti. Ahora, que estoy próximo al lugar donde me esperas, mi corazón late a mucho por minuto, tan deprisa que noto como bombea, como llega a cada rincón de mi cuerpo el riego sustancial de su propina. A mi cerebro le empieza a faltar oxígeno y a medida que me arrodillo ante ti se me escapan varias lágrimas al suelo de tus pies, en cuyo tramo me siento como en una montaña rusa. Y ahí estás; tan presente y tan invisible, tan vivaz y tan perdido, tan siniestro y tan vacío. Aunque no pare de llorar, estar junto a ti me da paz, me ayuda, me tranquiliza. Me traes recuerdos y te alimento reviviendo los míos. Soporto tanto dolor que me embriaga, aguanto tanta agonía que me hunde. Estoy helado, aun así tengo fuerzas para decirte al oído lo que he escrito, en el camino, para ti. Tocando el mosaico que reposa sobre tus pies me despido, otra vez, leyendo en voz alta; Descansa En Paz.

Estoy seguro de que, ahora que camino de espaldas a tu nombre, aprovecharás para olfatear a escondidas las flores que te traje. Como cada año.

martes, 5 de julio de 2011

« átame »

De acuerdo. Accederé a que me ates las manos y me cubras los ojos con jirones de la camisa que llevaba puesta, solamente porque me apetece imaginar que no es tuyo el peso que soporta mi espalda, que no son tus brazos los que me sujetan los tobillos. Y así, con lo que me da la inspiración, parece que hasta tu lengua es más larga y experta, parece que tu pecho es más extenso y robusto. Tu cadera está imantada a mis nalgas, tu sudor se ha vuelto más respirable que nunca.

Hace tiempo que tenía en mente la posibilidad de meterme en otras sábanas. Las tuyas, hasta esta noche, estaban frías. Deberías llegar a casa, con fuerza brutal y un ojo guiñado, más a menudo.

lunes, 4 de julio de 2011

« cerca »

Son tantas las horas de sangre que he derramado que ya mis pies no sostienen el peso de mi cuerpo. Solía pensar, y es por lo que así me encuentro, que a medida que aumentaba mi perseverancia obtendría el resultado de hacerme el favor de curarme las heridas. Después de todo, arrastrando esparadrapos manchados de rojo, seguiré luchando por conseguir soportar el final.

sábado, 2 de julio de 2011

« tengo lunas »

Jugar con la arena de la playa entre mis dedos, intentando hacer pequeñas dunas de grava negra, me recuerda a cuando te tocaba la espalda, cubierta de sal, mientras mirábamos en la orilla como la luna besaba a su gemela desde el cielo hasta el mar. Esas noches eran de ensueño porque únicamente importaba que estuviéramos juntos, que disfrutáramos estando solos y haciendo juramentos eternos que se romperían al amanecer.

Y aunque los días eran como infiernos no estaba mal poder soñar contigo hasta que el sol despertara al corazón que la luna había hipnotizado.

viernes, 1 de julio de 2011

« suicídame »

Para vivir así, hubiese valido la pena haber muerto cuando tuve la oportunidad de dejar que me rebanaran la cabeza. No encuentro, apenas, razones por las que mirar al horizonte con los ojos abiertos a la espera de un gran y definitivo paso. Tengo ganas de despertar en el día en que mis manos no rodeen el nudo de una soga al cuello, en que saltar al precipicio del abismo no consista en resbalar los pies de un taburete, en que la hoja de un cuchillo no corte más que el filo de una hoja de papel mojado.

No se salir. Búscame la vida que perdí, porque yo no tengo fuerzas. No me quedan sentidos. Estoy desorientado.