martes, 31 de mayo de 2011

« en mi relejo »

A pesar de que no estoy seguro de tu existencia, te recuerdo cada noche, cuando me toco pensando en ti. Y a pesar de que nunca te he visto sé que estás aquí, noto tu presencia cerca y para mí. Despierto y sé que aunque no estás a mi lado, has dormido conmigo, que el sudor que me moja también pertenece a ti. Sé que has nacido. Sé que has sido concebido para mí, sé que pronto podré sentir que me amas como yo a ti. No me cabe duda de que algún día alcanzaré el clímax con el tacto de tus manos, que hoy no se distinguen entre las mías.

Mientras llegas serán mis dedos quien sellen mis labios, que gritan de placer simulando los tuyos, me abrazaré la espalda y seguiré mirando al espejo.

lunes, 30 de mayo de 2011

« buscar no es encontrar »

Hay personas que prefieren salir a la calle en busca de qué oportunidades se puedan presentar, quien apura cada segundo apartando y revisando qué obstáculos le puedan traer sorpresas, quien lucha contra tempestades por defender sus motivos para no permanecer sentado.

Yo me paso la vida disfrutando de mi libertad, con la poca estabilidad emocional que eso conlleva, y ahí ando. De todas formas, tampoco hay nada bueno dónde elegir meter la mano, para proclamar perpetuidad o jurar amor eterno, sin escoger tan sólo manzanas podridas. Y tal vez pueda dar impresión de que con esto me defina ser poco amigo de lo formal, pero es imposible planear la forma de reaccionar con cada relación y vínculo que se desee tener. Quiero complicidad, pero hasta cierto límite. No quiero nada obligado, nada pactado, nada calculado, nada artificial.

Lo mejor es vivir tal cual se te antoje dentro de tus posibilidades, por supuesto, sean cuales sean las consecuencias. Habrá días en que se gane y otros que, inevitablemente, no se tenga tanta suerte.

Hay personas que nacen para buscar y otras que prefieren encontrar. Pero la cuestión no es buscar sino esperar para encontrar o esperar para ser encontrado por alguien que busca. Porque buscar y encontrar, de la manera que sea conjugado, siempre lleva a lo mismo.

« orgullo »

¡Feliz día de Canarias!

viernes, 27 de mayo de 2011

« siervo »

¿Y ahora quién soy? ¿Para quién me he convertido en miserable? Destruí mi vida por perseguir tu codicia, por dejarme incluir en tus planes. Malditos pies que me arrastran a tu sombra, malditos ojos que no ven el lado siniestro de tu figura.

No veo salida. Así no sobreviviré a tiempo.

jueves, 26 de mayo de 2011

« malsano »

..y también por última vez, anoche te consumiste entre mis dedos mientras apoyaba la frente sobre mi mano derecha. Tu olor me asfixiaba, tu sabor me intoxicaba. Ahora sólo queda el humo de tus cenizas vaporizándose en el aire.

miércoles, 25 de mayo de 2011

« la última vez »

Donde las dan, las toman. El segundo suele ser más cruel que el primero, las consecuencias más dolorosas. Todo está mejor vivido, mejor tramado. La carne se vuelve de piedra y descubres en tu prójimo a quien nunca quisiste conocer. Sospechas que todo lo que parecía sincero no lo era, que todo en lo que se basaba lo vuestro era mentira. Engañado y rehusado pides perdón al que, tiempo atrás, te lo pidió a ti y viceversa. Un circulo vicioso, un remolino de emociones que, desgraciadamente, hoy, definitivamente, llega a su fin.

martes, 24 de mayo de 2011

« rebelión a cuatro patas »

Para cuando había llegado al lugar que tantas veces le había premiado con el aire triunfante que lo definía, el sol quemaba, reluciente, la copa de los pocos árboles que conformaban la clara selva y su nuca, que tornaba de rojo a negro. Con la espalda encorvada y el ojo izquierdo guiñado, arrastraba, afinadamente, los pies sobre la hojarasca de los restos del otoño caduco y conducía sus brazos, armados con una semiautomática, hacia la que consideraba su presa más potencial. Los ojos de la salvaje bestia, al escuchar el sonido del seguro del percusor, miraron de soslayo a todas las direcciones y sus orejas se abrieron, erguidas, como campanas. Antes de apretar el gatillo, el cazador se limpia el sudor con el brazo derecho y apura, otra vez, el giño ante el visor de la escopeta. Mientras ejerce la maniobra del disparo con el dedo índice curvado sobre el detonador, su sonrisa se tuerce hasta su oído izquierdo, enseñando así sus dientes, amarillos del tabaco, hambrientos. 

Buscaba el verdugo satisfacer su apetito de sangre y camina, ahora, victorioso por la senda que descubrió el horror del inepto e inocente animal.

« chiribitante »

Éste instante es mágico. Indescriptible. Intentaré vivirlo todo lo mejor que pueda, durante el tiempo que dure o me dejen. Indefinible.

lunes, 23 de mayo de 2011

« huída »

Salió el sol para eclipsar a la luna cuando más necesitaba el brillo plateado de su aurora. Terminó el beso en el momento en que imploraba ser ahogado en tu saliva. Mi corazón dejó de latir justo cuando más amor sentía por ti. Desperté del mágico sueño que me envolvía para enfundarme otra vez a la mala realidad.

Aún siento la punta de tus dedos despegarse de los míos y parece que fue ayer.

sábado, 21 de mayo de 2011

« mi último suspiro II »

Con la garganta auto obstruida y con los pulmones hinchados intento trepar con inquietud la pared, que rechaza mis pies en varias ocasiones. Al cuarto intento va la vencida y logro emanciparme del techo y abracar el aire de lo alto del edificio con mis extremidades. No hace falta coger impulso. Abro mis brazos en cruz cuán águila real y me dejo caer al abismo. Mientras me precipito noto como el agua de mis ojos recorre mi rostro, a la vez que mis recuerdos pasan, en segundos, por mi frente antes de llegar al suelo.

viernes, 20 de mayo de 2011

« mi último suspiro »

Cobarde. Dicen que esto solamente lo hacen los cobardes. Me da igual lo que puedan pensar, yo no considero que lo sea. Hasta podría sentirme afortunado del grado de valentía al que tengo que hacer frente. Mentiría si dijese que nunca lo he pensado, al contrario, está totalmente amueblado, previsto y planificado en mi cabeza. Nunca sabré si el futuro que me esperaba sería mejor de lo que es hasta ahora porque no tendré tiempo, ni dejare que lo haya, de arrepentirme. Puedo aparentar ser egoísta pero yo no actúo y desarrollo conductas sólo pensando en mi beneficio, al contrario, me atormenta el estado de las personas que me rodean. Siendo así, prefiero que no se considere que tenga un alto ego si tomo decisiones que afectan al bienestar de mi porvenir.

Vida. No me queda mucha, algo más que un fino hilo, pero breve, muy breve. Sumergirme a través de mis pensamientos ahogará mis temores, me quemará las penas, asfixiará mis lamentos y enterrará las lágrimas.

No volveré pero tampoco quiero. Aún me quedan fuerzas para, a todo pulmón, imbuir el que será mi último suspiro.

jueves, 19 de mayo de 2011

« palabras »

Palabras y voces, que retumban entre cuatro paredes sin ventanas, me lastiman, me atormentan, me apagan la vida poco a poco.

miércoles, 18 de mayo de 2011

« ser quien no seré »

En mala hora descubrí, tarde desde luego, que la pérdida constante del tiempo siempre te pasa una factura muy costosa. Di vueltas y caminé en redondo. Todo se me subió a la cabeza.

Algún día volveré a ser quién nunca fui. Aún quedan relojes para mí.

martes, 17 de mayo de 2011

« y tú no estabas »

Mis pupilas retroceden hasta hace doce días y sollozan cántaros de lágrimas que expresan tanto dolor que mata. Y es en ese momento cuando se me empiezan a entumecer los pies, por el peso de los tuyos sobre los míos, cuando te intento guiar para bailar un vals de tontos. Te faltan veinte centímetros para llegar a mis manos por lo que no me queda más remedio que doblar mi espalda con el objetivo de alcanzarnos. De repente te esfumas para incorporarte en mis hombros. Luego te vas. Lágrimas intermitentes, consecuencia de tus llegadas y huidas, no me consuelan, me gangrenan la sangre.

Me duermo en llanto, me despierto empapado.

lunes, 16 de mayo de 2011

« estás perdonado »

Casi con cuatro segundos de tiempo de reacción me doy la vuelta para seguir con la mirada, incrédulo, tus maneras cuando pasas por mi lado y rebasas queriendo la línea de lo absolutamente soberbio. Así, para cuando has cruzado la calle, yo permanezco inerte y sorprendido por tu reacción. Sabía, teniendo en cuenta como eres y habiéndote conocido durante los últimos años de mi vida, que me darías bofetadas de ese tipo, que intentarías hacerme daño y acertarías en como dar en el clavo. Resignado, como siempre, regreso a casa desprendiendo perdones a tu favor con mi paso, pensando en que algún día volverás.

Ese día a diferencia de hoy, contigo, mis hombros no denotarán vanidad, mis ojos te miraran de frente y mis palabras, aunque temblorosas, serán sinceras.

domingo, 15 de mayo de 2011

« olvidémoslo »

Dejemos  que el viento corra a través de nuestros dedos que ya no logran entrelazarse. Admitamos, aunque a lágrima viva, que lo que nos unía terminó.

sábado, 14 de mayo de 2011

« házmelo »

Y cuando entro en la habitación descubro, sorprendido, un espectáculo de color en un pasillo interminable de pétalos de rosas y velas a cada centímetro del suelo. 

Solamente falta que me eleves con los brazos hasta el infinito de tu cama y me beses hasta el infinito de mi garganta.

« desganas de mí II »

¿Y por qué hacerme el dormido si lo que me enloquece es tocarte y que lo que toque me posea toda la noche?

Desde hace un par de días no nos dirigimos palabra alguna y sólo compartimos momentos como este. Me pregunto si la situación de mal ambiente la he creado yo, que soy quien te evito, o tú, que eres el que me bloquea seguir pensando con claridad ante tu presencia. Tanto que cuando me desquito de las dudas tú ya te has envuelto en un profundo sueño que te provoca exhalar quejidos, consecuencia de no sé qué tipo de sentimientos. Al voltearme sobre las sábanas beige de algodón y poner mi mano en tu hombro para atraerlo hacia mí varias veces a modo de llamada discreta, balbuceas un “¿qué?” mudo, con cuya respuesta determino que hoy tampoco tienes ganas.

Esperaré, como hoy, a que mañana te acuerdes de que cada noche duermo a unos pocos treinta centímetros de ti.

miércoles, 11 de mayo de 2011

« desganas de mí »

El clinclineo de las llaves en el soporte de la cerradura y el ruido de los talones de tus zapatos nuevos de Emidio Tucci me alarman de tu llegada a casa, con la antelación suficiente como para activar el tiempo de desconexión del televisor y girarme hacia la ventana para hacerme el dormido. Parece que te entretienes leyendo cualquier folleto que hayas recogido en el buzón de publicidad o en el parabrisas del coche que pagamos a medias. Al escuchar tus pasos cercanos, noto que cansados por lo pausados, llega la hora de entrecerrar los parpados y de acelerar la respiración para imitar un ligero ronquido. Entre el velo de mis pestañas, a través del espejo del rincón, admiro como te despojas de la americana y la cuelgas del respaldo de la silla con cuidado. Con la misma rapidez con la que deslizas el cinturón por los ojales del pantalón para sacarlo, te aflojas el nudo de la corbata. Ver tu silueta desnuda reflejándose en la oscuridad de la habitación me provoca una erección, que para cuando salgas de la ducha ya se habrá evaporado. Caes sobre la cama evitando movimientos bruscos y te despides de mí hasta la mañana siguiente tan sólo pestañeando y abriendo la boca, de medio lado, por miedo a que me despierte. Mientras, mi piel enloquece por el deseo de tocar tus manos inertes que yacen bajo tu cabeza y entre la almohada.

martes, 10 de mayo de 2011

« conductas »

Estoy harto y cansado de que cada vez que abres la boca sea para decir todo lo bueno, sincero, agradable e imprescindible que eres. Muy molesto de que presumas que como tú nadie alrededor y aburrido de tu discurso de falsa moral, que no permitiré un segundo más, me pongo en pie enseñando alas negras y colmillos afilados. No volveré a soportar como humillas a la única persona que ha puesto, y hoy se quema, las manos en el fuego por ti, a quien ante todos se ha arrodillado para besar tu suelo.

Te conozco y sé lo que quieres. Te conozco y sé que no cambiarás. Mejor será que te marches.

lunes, 9 de mayo de 2011

« volver »

Caminar sobre esta tierra, húmeda del abril, me trae recuerdos de antaño, de aquel tiempo en que de niño andaba por aquí. Suena, a través del cristal de la ventana, la melodía de una caja de música y el tarareo de una canción de cuna, que ahora se distorsionan en eco a mi cabeza. Volver a pisar la hierba rociada con el sereno de mis lágrimas de nostalgia, que corren en revancha por mis mejillas, me trae también, alusiones de olor a queso, maíz quemado y helechos. Torneo con la punta de los dedos el dibujo de la piedra que adorna la fachada, castigada por la lluvia, y sorteo una sonrisa que delata mi satisfacción al regresar.

Hoy me encontré con mi pasado y no me pesa.

jueves, 5 de mayo de 2011

« myolastán 50 mg »

Son casi las doce menos cuarto de la madrugada y ya te has dormido, como cada noche, después de caer agitado en la cama. Comienzo así, dejando antes unos minutos que permitan que caigas en un sueño profundo, lo que se ha convertido en el ritual que defino como mi mejor momento del día. Me encanta acariciarte la espalda, con delicadeza, mientras observo la zona repleta de lunares. Te mantienes en posición fetal toda la noche, lo que facilita que se dibuje, con tu figura, una silueta perfecta. La oscuridad de algunas partes no me permite saber hasta que lugar de tu cadera abarco con mis labios. El desvelo termina cuando me duermo antes de llegar a tus rodillas y me pierdo el deleite de entre tus pies.

miércoles, 4 de mayo de 2011

« atrévete »

Me encanta cuando descubro, cada día, tu cara sonrojada queriendo desviar los ojos al sentido contrario al que mirabas, pero el brillo de tus pupilas te delata. Entonces soy yo el que te responde con media sonrisa de reojo, una breve carcajada y un simpático arqueo de cejas. Me derrito cuando de camino hacia mí, te desvías en el último tramo, dejando tus deseos incompletos. Adoro la forma en que tus manos me acarician tímidamente cuando me saludas estrechando el brazo. Te delatan los temblores. Rozo el clímax cuando imagino a tus labios húmedos rozar mis mejillas en sequía.

Odio que las únicas palabras que crucemos sean unos buenos días tartamudeados.

martes, 3 de mayo de 2011

« casi púrpura »

¿Te pasa algo que deba saber? Hace días que te comportas de una manera extraña, no habitual a la que estoy acostumbrado. Sólo hay una razón por la que, cada vez que hablas conmigo, mires al suelo u otro lado, por la que cada vez que intentamos cruzar palabra tu color se torna al rojo. Si intentas decirme qué es lo que te preocupa tal vez podría ayudarte o dejarte de ayudar.

¿Ya no confías en mí? Se nota que no.

lunes, 2 de mayo de 2011

« mi equipaje »

¿Esperaras a que vuelva? Siento celos de tu cama y aun no me he marchado. Durante este tiempo, de reflexión, solo tuve tiempo de hacer la maleta de mis pensamientos y recuerdos. Los doble con cuidado. Ahora tengo el cuerpo desordenado y mi clima inestable.