Ya no es lo
mismo. Ya no siento lo mismo que antes, cuando mi cuerpo vibraba por el poder
de mis manos al darle placer. Pierdo facultades. Pensé que conocía a mi cuerpo,
pensé que me conocía. Nunca creí que algo así podría pasarme alguna vez,
siempre aseguré que, como yo, nadie me lo haría. Ahora discrepo, ahora no sé.
Ahora no lo sé hacer como me gusta. No disfruto, mis dedos no me sorprenden,
mis pezones no se erizan, mi vello no se irgue. He pensado que, quizás, la
solución provisional para éste, mi problema, sería que intentara prescindir de
tocarme lascivamente, que ayune de lubricarme el miembro y la mente durante un
gran periodo de tiempo.
¿Recuerdas, aquella vez, cuando te dije que algún día nos volveríamos a encontrar?
jueves, 31 de marzo de 2011
miércoles, 30 de marzo de 2011
« emocionantemente triste»
Descubro que mi vida, cada día, se vuelve más
emocionante, y a medida que aumenta mi satisfacción, también la tristeza que la
define. Aún así soy cuanto siempre quise ser.
martes, 29 de marzo de 2011
« un nada »
Llegó la hora. Sea como sea y
dure lo que dure lo voy a disfrutar con mayúsculas, porque por mucho que se
prolongue, siempre me parecerá escaso. Acostumbrado a no saborear demasiado lo
que me gusta, se me presenta la oportunidad de mi vida, atractiva y para mí sólo.
Como siempre quise. Podría gozar mi buenaventura toda la eternidad, aunque
sería de sabido aprovechar sus frutos ahora, lo antes posible y todo lo que
pueda, pues estos casos de providencia no suelen tardar en irse en no más de lo
que canta un quíquere. La cuestión está en que tengo un privilegio que, por
suerte o desgracia, me ha sido compensado que, fácil o difícil, lo he
conseguido que, efímero o perpetuo, le tengo que dar uso. El problema es; ¿cómo?
lunes, 28 de marzo de 2011
« sangre »
Una mitad de mi cerebro se paralizó al verte, la otra hizo lo posible
por no grabar, lo que ocurría, en mi memoria. Se veía venir. Volvernos a cruzar
era cuestión de poco tiempo. E, inconscientemente, me quitaste el apetito, me
encendiste el pulso, me reavivaste la furia, volviste a despertar la repulsa
que siento hacia ti. No fui capaz de girarme, de nuevo, para mirarte, pero
notaba tu presencia cerca de mi espalda. También noté tu miedo, tú tampoco
quisiste acercarte a mí. Ahora me siento culpable porque, quizás, en este
instante, tú te sientes atormentada. Pero no pude, no pude. No pudiste. Aunque
nos une la sangre, no pudimos.
Dejémoslo así. No me odies, yo no te odiaré.
domingo, 27 de marzo de 2011
« dime cuándo »
¿Cuándo vendrás a buscarme galopando
tu corcel negro?¿Cuándo será el día en que dispongas de mis trenzas para subir
a rescatarme?¿Cuándo empuñaras una espada para enfrentarte a los malvados y ser
mi salvador?¿Cuándo volaremos juntos ataviados, de tan sólo, una alfombra?¿Cuándo,
ya que estamos, disfrutaremos de los beneficios de esa lámpara?¿Cuándo, entre
los dos, haremos felices a muchas familias y a un centenar de perros?¿Cuándo
soñaré despierto esperando el milagro de tu aparición?¿Cuándo, entre rocas
impenetrables, descubrirás el pasadizo que nos lleve de regreso a casa?¿Cuándo
volverás y seremos felices para siempre?¿Cuándo nos haremos pequeños y
disfrutaremos de las grandes cosas insignificantes que nos ofrece la
vida?¿Cuándo, entre simios, exclamarás tu grito de guerra?
Dime cuándo nuestro cuento se hará por fin realidad.
viernes, 25 de marzo de 2011
« exhibición »
Apenas hace unos minutos que se puso
el sol y ya estoy al pie del ventanal, frente al tuyo, mirando tus maneras al
desvestirte, al seducirme sin saberlo. Pensaba que no saldrías nunca de la
ducha, en tu ausencia aproveché para oxigenar mis ojos poco acostumbrados a
parpadear en tu presencia. Estoy tan próximo al cristal que, al respirar, lo
avaho y lo tiño de blanco. Sospecho que algún día me descubrirás, se me hace un nudo
en la garganta cuándo pienso en que me despreciarías si supieras en lo que
ando, me tiemblan las carnes por el temor de que algún día a mis retinas le falten la imagen
de tu figura semidesnuda.
miércoles, 23 de marzo de 2011
« insomnio »
Mis pupilas resecas reaccionan
ante el ruido del despertador. Me levanto cansado de la cama y arqueo las
cejas, con gesto desafiante, frente al espejo, resignándome al comienzo de otra jornada nada
esperanzadora. Llevo varios días sin pegar ojo y no logro saber cuál de los
motivos, que me atormentan, hacen de razón de peso sobre mi situación. Colecciono
momentos del día en los que duermo despierto y me ausento del suelo, destruyo
ocasiones realmente buenas, que se presentan, con mi torpe actitud, tropiezo,
hasta caer, con tan sólo pisar un grano de arena y desaprovecho mi tiempo
imitando sonrisas que antes era capaz de dibujar en mi cara sin la necesidad de
querer aparentar estados de ánimo. Mi complexión se asimila, cada vez más, a la
de un guirre, mi rostro se amarillenta, no me alimento, me noto enfermo y ya es
imposible disimular mi mal ánimo y debilidad.
Necesito ayuda y mi boca no se abre
para pedirla, necesito dormir y mis ojos no se cierran para descansar.
« autodiálogo »
Otra vez hablando solo. Me paso
toda la noche en vela susurrando a la almohada lo que tu ausencia me limita
contarte a ti. Busco en el hueco que dejaste en mi colchón de muelles algún
signo de tu peso en él, me vuelco y me hundo, me aferro y te pienso, me toco y
te llamo. Tu presencia se vuelve presente y converso contigo durante horas.
martes, 22 de marzo de 2011
« escucha »
Hoy volví a pensar en ti. Hace
siglos que no te llamo, ni tú a mí. Suele suceder. A nadie mas dije amor, a
nadie, desde entonces a ninguno encontré que se parezca a ti y que se parezca a
mí por dentro. Te diría una mentira si dijese que no he tenido compañías, ni
roce otra piel. Busque en cada boca encontrar tu nombre, esperé demasiado y al fin
ya te borre de mí, ya me aleje de ti, lo sabes.
Escucha atento el mensaje que
mando aquí, que es para ti, dime si estas ahí. Que yo te conozco y mi puesto no
es junto a ti, se depender de mí. Que yo te conozco y sé que no vas a tener alternativa a mí.
Hoy volví a pensar en ti. Suele suceder.
Laura Pausini | Escucha atento
« sin más »
Intento alejar de mis oídos tus
palabras, que escucho aproximarse poco a poco, pues no tengo ninguna razón por
la que dejar de hacer presión en ellos por conciliar silencio en mi interior.
Me torturas y luego me matas con
tus infames mentiras. Me afrentas cuando te coartas. Me deshonro cuando te entiendo.
Me vuelvo a estigmatizar, con ellas, cuando te absuelvo.
Por favor, deja de mancharme y si
tienes algo de dignidad, mánchate.
« madrastra naturaleza »
Palabras
que se lleva el viento, miradas que se consumen en el aire, sueños que anega el
agua, promesas que se derriten al sol.
lunes, 21 de marzo de 2011
« resentimiento »
Después de todo el tiempo que
pasé esperando y preparando lo de anoche, no me dejaste siquiera ni con miel en
los labios. Me supo tan a poco que tuve que consolarme, al llegar a casa,
descorchando una botella de vino y tragándome, con despecho, hasta la última
gota. De eso y de las colillas de catorce cigarros fueron lo único, ajeno a mi cuerpo,
de lo que pudieron disfrutar mis labios.
Hoy, aún con dolor de cabeza, me
acusa una terrible decepción encausada por la enorme vergüenza que siento al
haber mostrado algún grado de encono por un ser tan lineal como tú. Y sigo
despechado.
viernes, 18 de marzo de 2011
« escape »
Cuando la vida se tuerce y se rompe la
oportunidad de tener la ocasión de ser feliz, el mundo te cae encima y te
preguntas, egoístamente, si de verdad sólo tú lo merecías. Descubres que el
destino te pone trabas difíciles de superar, sospechas que existe un complot
contra ti, te sorprendes cuando, cada vez, se te hace más difícil mover los
pies para dar un nuevo paso. A pesar de todo sostienes una esperanza que te
hará salir del hoyo, cada vez más alto, y logras saltar el profundo charco, que
has llenado lágrima a lágrima, que te sumió en una grave depresión.
Listo para mirar adelante sin pensar en el
pasado y dispuesto a sopesar un futuro con posibles y similares situaciones.
jueves, 17 de marzo de 2011
« tómame »
Toda mi carne, abierta, a tu disposición.
Entra. Posee mis entrañas de manera que te quedes siempre en mi interior.
Recorre tu lengua por mi torso, muerde mis pezones. Los pelos de tu barba se
clavan en mi cuerpo como espinas, mis piernas se cierran y se aferran a tu espalda para impedir, como
protesta, tu marcha. Tengo la boca seca, intento buscar la tuya y me callas los
gemidos con tus dedos. Recorres con ellos, mojados de tu saliva, mis labios. Se
acaba el aire de mis pulmones, te llevas mi oxigeno con cada envestida, mi
grito se ahoga, mis ojos se cierran. La oscuridad del cuarto te vuelve más
inhumano, tu piel sabe a salvaje, tus manos huelen a animal. Tu cadera encaja a
la perfección con mis nalgas, montarla vulnera mis sentidos, descubre mis
secretos, alcanza mis anhelos. Me alimenta beber el líquido de tu vientre, me
enloquece la humedad que trae tu sudor, me calienta la soberbia de tu miembro.
La búsqueda del placer entre dos resulta
indescriptible para uno que acostumbraba ser, sólo, objeto de otros.
miércoles, 16 de marzo de 2011
« en hora mala »
Anoche te llamé. Desde ese
momento he aclarado muchas cosas, sobre todo que me atosigan las dudas. Buscaba
un resguardo para la fiebre que sentía, no lo encontré. Necesitaba que tus
palabras aguardaran un resquicio de esperanza para lo nuestro, no fue así. Intenté
cobijarme detrás de mis inseguridades, no me sirvió de nada. Probé a curar mis
lamentos en silencio, sigo sangrando de dolor.
Decidí llamarte porque desde hace
varios días, cada vez que veía tu nombre en la agenda, el tiempo se detenía varios
segundos. Ayer por fin lo hice, pero no descolgaste el teléfono.
martes, 15 de marzo de 2011
« sí, pero.. no »
Ganas de resucitar mis sentimientos no me
faltan, pero me sobran motivos para tirar mis deseos por la borda. ¿Por qué
temo el momento en que vuelva a pasar? Sufrir, lo que se dice sufrir, por amor,
no he sufrido. En ese sentido siempre he sido torpe, quiero decir, nunca he
sabido con claridad cuales eran mis objetivos y expectativas para con mis
relaciones. Me he guiado, la mayoría de las veces, por el camino equivocado y he tropezado
unas cuantas veces más de las que merecía. Disfruté como un niño y lloré como
una magdalena, fui severo cuando supe que no me correspondían y drástico cuando
no eran lo que me interesaba.
Ahora me enfrento a una de las mayores decisiones de mi vida; dejar que pase el tiempo y correr el riesgo de quedarme solo toda la vida o aceptar como somos y correr a tus brazos para llorar, en ellos, por todo lo que me hiciste sufrir y todo lo que te hice pasar.
Ahora me enfrento a una de las mayores decisiones de mi vida; dejar que pase el tiempo y correr el riesgo de quedarme solo toda la vida o aceptar como somos y correr a tus brazos para llorar, en ellos, por todo lo que me hiciste sufrir y todo lo que te hice pasar.
lunes, 14 de marzo de 2011
« moriré buscándote »
Vendo el inventario de recuerdos,
de la historia más bonita, que en la vida escuche. Vendo el guión, de la película
más triste y la más bella, que en la vida pude ver. Vendo los acordes, la
brillante melodía y la letra que en la vida compondré. Vendo hasta el cartel donde
se anuncia el estreno del momento que en la vida viviré. Vendo una cámara
gastada que captaba la mirada que en la vida grabaré. Vendo dos entradas
caducadas, que eran de segunda fila, que en la vida romperé. Vendo dos butacas,
reservadas hace siglos, y ahora caigo que en la vida me senté.
Entiendo que te fueras, y ahora
pago mi condena, pero no me pidas que quiera vivir. Mi alma despega y te busca
en un viaje del que nunca volverá.
La Oreja de Van Gogh | Dulce
Locura
« soledad »
Estoy empezando a volver a tener ganas de compañía. Extraño el
sentimiento que te invade cuando alguien te dedica una sonrisa, cuando su tacto
te hace poner la piel de gallina, cuando su frío cuerpo te estimula el vello
hasta erguirlo como escarpias. Anhelo la reacción de mi pecho, que salta cuando
mi músculo bombea en su interior, al notar una atracción mutua. Descubro
nostalgia en mis palabras cuando recuerdo el sabor de la mañana notando un
brazo, que no es el mío, acariciando mi espalda.
Sospecho que esta sensación que me irrumpe rondará en mis pensamientos
el tiempo suficiente hasta que me de cuenta, al hacer memoria, de que fui yo
quien optó por estar solo.
domingo, 13 de marzo de 2011
« llueve »
Aún llueve y todavía recuerdo,
como si de hace unos segundos se tratase, lo de anoche. Llevaba alcohol
inyectado en vena, la garganta áspera por la última caja de tabaco y medias de
rejilla. Las gotas de lluvia se posaban en mi piel, sedienta, y provocaban un
aire extasiador. Mi mirada jugaba, perdida, con las luces de la noche, mis
pies, desnudos, vagaban por el asfalto buscando refugio. Sobrevivía mi alma,
aturdida, en una calle remota de la ciudad que no recordaba haber pisado nunca,
ni tenía intención de volver a hacer. El agua caía, con torrente, por mi nuca,
mi lengua se deleitaba con la humedad de la madrugada. Me aparté el cabello
sintético que cubría mi cabeza y descubrí una salida.
Aún no cesa y mis ojos buscan
cordura a través de la lluvia en el cristal.
sábado, 12 de marzo de 2011
« autoestima »
“En todo el universo, no hay otra persona exactamente igual que tú. Yo soy yo, y todo lo que soy es único. Soy responsable de mí misma, tengo todo lo que me hace falta aquí y ahora para vivir plenamente. Puedo escoger manifestar lo mejor de mí misma, puedo escoger amar, ser competente, encontrarle un sentido a la vida y un orden al universo, puedo escoger desarrollarme, crecer y vivir en armonía conmigo misma, con el resto de las personas y con Dios. Soy digna para ser aceptada y amada exactamente como soy, aquí y ahora. Me amo y me acepto, decido vivir plenamente desde hoy.”
Virginia Satir
viernes, 11 de marzo de 2011
« ex amigos »
¿Qué has hecho que desconfío, plenamente, de ti?
Ya no somos aquellos que disfrutaban de una conversación con un cigarro en los
labios y una cerveza en la mano. Me olvidé de tus consejos e incluso de tu número
de teléfono. Hace tiempo que recelo verte, he cambiado tu compañía por
mi soledad. Me reconforta no olerte ni sentirte.
De lo nuestro, aún, hay algo que
me inquieta, todavía no sabes que somos ex amigos.
« lazo negro »
Alzo al cielo este
símbolo en memoria de las víctimas del atentado, del 11 de marzo de 2004, en Madrid.
jueves, 10 de marzo de 2011
« miércoles »
Suena el despertador, me levanto
de la cama restregándome los ojos, camino hacia el baño rascándome la
entrepierna, me quito el calzoncillo y lo pongo en el cesto de la ropa sucia,
abro el agua caliente de la ducha y me meto bajo el grifo. Me cepillo los dientes
mientras el champú actúa en mi pelo y cuerpo, cierro la llave de paso al agua,
extiendo la mano para alcanzar una toalla naranja. Me seco y me perfumo con
colonia de bebés y desodorante. Camino hacia la habitación, todavía enjuto en
la toalla para no sentir frío, dónde me visto con vaqueros y camiseta y me
calzo unos tenis cómodos. Recorro el pasillo buscando el bolso y dentro de éste
las llaves del coche, cuándo paso a la altura del baño me pongo unas gotas de
perfume antes de salir a la calle. Cierro la puerta de casa y con las llaves
del coche en la mano desactivo el cierre automático. Arranco y conduzco hacia
el trabajo. Stop. Cedo el paso, miro a la derecha, prosigo la marcha, sigo
recto, pongo el intermitente, paro el vehículo y me bajo de él. Entro en la
oficina, como siempre el primero, enciendo las luces y el ordenador. Trabajo.
Accedo a Internet. Trabajo. Hablo por teléfono. Trabajo. Termina el turno y me
vuelvo a dirigir a casa. Almuerzo. Enciendo un cigarro y me siento en el váter.
Cuándo termino me cepillo los dientes, vuelvo a pulverizar colonia encima de la
ropa y acciono el ambientador de baño. Vuelvo a salir de casa, arranco el coche
y me vuelvo a dirigir al trabajo. Trabajo. Accedo a Internet. Trabajo. Hablo
por teléfono. Trabajo. Termina la jornada laboral y limpio mi mesa de faena antes
de abandonar mi puesto. Arranco el coche, paro en la gasolinera y lleno el depósito.
Conduzco. Aparco frente a la entrada, cierro el coche y entro a casa. Me siento
en el sofá y me quito los tenis, que llevo puestos desde la mañana. Veo un rato
la tele y me preparo un sándwich, que será mi cena. Después de engullirlo con
tan sólo cuatro mordiscos, limpio el plato y vaso, con restos de zumo de piña,
que ensucié y me quito la camisa mientras me dirijo al baño, abro el agua
caliente y me sigo desvistiendo mientras se caldea. Entro a la ducha y se
detiene el tiempo mientras restriego mi cuerpo con una esponja empapada de gel.
Salgo de la ducha, me seco, me miro al espejo, me quito dos pelos de las cejas
y descubro (y exprimo) un grano en la frente. Me visto, antes de salir del
aseo, con el pijama, que no es más que un pantalón corto y una camiseta que ya
no ve la calle, y me dirijo hacia la cama. Me tiendo en ella, me tapo con el
edredón, enciendo la tele y apago la luz. Pongo el timer con el mando a
distancia, lo suelto en la mesilla de noche y me quito las gafas. Luego de
escuchar de fondo la tele y reflexionar sobre el día, comienza mi sueño
(profundo).
Suena el despertador, me
levanto..
« sin humo »
Me estaba destruyendo poco a
poco, sin embargo invertía tiempo y dinero en él. Sabía que no dudaría toda la
vida, pero nunca me planteé dejarlo. Sufría cuándo no le tenía, me sentía
nervioso, incompleto y ansioso. Tengo intenciones de no volverlo a tener entre
los dedos. Descubrí que no soy tan dependiente a él.
Hace ya más de treinta y seis
horas desde la última vez que encendí un cigarro y está siendo más fácil de lo
que esperaba.
miércoles, 9 de marzo de 2011
« acúsame »
Me miras con los ojos atravesados y sospecho que sospechas
que lo hice, sospechas que sospecho que lo sé.
« trastorno »
A veces si, a veces no. Cuándo amanece te adoro, cuándo el día oscurece
empiezo a aborrecerte. Hay tardes en las que extraño tu aliento, otras que,
simplemente, me apesta. Antes de cada beso tuyo levito, después de ellos vuelvo
a caer. Tus palabras me embriagan, tus conversaciones me cansan. Ayer disfruté
de tu compañía, hoy olvídate de mis caricias.
martes, 8 de marzo de 2011
« madurez »
Noto que mi vida evoluciona,
siento como, poco a poco, mis pensamientos van cambiando, como mis ideas se van
aclarando. Cada vez, con más frecuencia, voy careciendo de la necesidad de advertir
tus aventuras. Y aunque, en antaño, no había otra forma de dejarme sin aliento
y extasiarme hasta esperarte un año entero, ahora éste sentimiento se desvanece
convirtiéndose en buenas pero fatigadas experiencias. A veces me apremio con migas
de tu figura a pesar de que sé que lo que siento no es más que nostalgia por
tus recuerdos. Es extraño. No logro desvincularme de ti por completo. Quizás
haya que ir pensando en irme aprovechando de tus frutos de otra manera, de un
modo más sensato, reflexivo y formal.
lunes, 7 de marzo de 2011
« infiel »
Soñé que no eras tú quién me marcaba la
espalda con las uñas. Soñé que jadeaba de placer y no eran tus caricias las que
me provocaban. Soñé que no eran tus brazos los que sostenían los míos ni tus
ojos los que penetraban mi mirada asustada. Tu miembro no me poseía.
Cuándo desperté quise escribir todo lo que
recordaba, aquel sueño me había gustado. Después de escribir, me toqué simulando
sus manos. Y ahora busco su rostro por la calle.
domingo, 6 de marzo de 2011
« vínculos »
Apriétame fuerte hacia ti y dime
que no es verdad. Dime que no es verdad. Y si lo es, ¿por qué lo hiciste? Sigo
pensando que todo ha sido culpa mía, pero ¿por qué no me doy cuenta que toda la
culpa la tienes tú? Tal vez porque me cuesta entender mi vida sin tu presencia,
aunque sé que sería más fácil prescindir de ella.
Nunca renunciaré a ti. Ahora, por
favor, llévame a casa.
viernes, 4 de marzo de 2011
« evolución »
Las personas
cambian, las flores crecen, los padres mueren, los amigos van y vienen, los
novios rompen, los trabajos cesan, los hijos nacen, la piel se arruga, los
dientes caen. La vida se acaba.
« don carnal »
Salid a la calle. ¡Salgan! Desnuden su alma,
cubran su cuerpo con finas telas, calcen los más altos tacones, cubran su
cabello con pelo artificial. Dibujad vuestro rostro. ¡Píntense! Perfilen una
eterna sonrisa en sus bocas, haced que éste día, en el que comienza nuestra
gran semana del año, sea inolvidable. Coged un tambor. ¡Canten! Entonad las sílabas
de nuestra canción, quiero oír ruido. Olviden las penas.
¡Salgan a la calle! ¡Píntense! ¡Canten! ¡Olviden
las penas! Ya llegó el carnaval.
miércoles, 2 de marzo de 2011
« palabra »
A partir de éste momento prometo NO
ser, actuar o pensar como la gente, que me rodea, espera que lo haga. Harto de
ser marioneta para agradar a mi entorno, no he reparado en que, a lo largo de
éstos años, he perdido la personalidad que me caracterizaba, distinta a la de
los demás, tiñéndola de frivolidad y extravagancia. He soportado vivir con un
vacío inmenso y perder el rastro del camino que quería alcanzar. Desde hoy,
perseguiré llamar la atención lo menos posible, que no me invada la superficialidad,
ser una persona discreta y reservada, mostrar mi amor y sentimientos
universalmente, echar por tierra, de mis pensamientos, la maldad, acabar con el
egoísmo y rescindir de la envidia. Sólo así seré, por fin, quién siempre quise
ser.
martes, 1 de marzo de 2011
« ¿quién? »
Toda mi vida por un hombre y ahora que es mío se me va. Y con él su
risa de aguardiente, de marino trotamundos, pierdo un hombre de verdad. ¿Quién
soy yo? ¡Mírame! Con el fantasma del mar vuelve mi obsesión. ¡Lárgate! Ay, no,
¡Quédate! Piensa; ¿Quién te esperó? ¿Quién trabajó y alimentó? ¿Quién te cuidó?
¿Quién te aguantó y de llorar se secó? ¿Quién, por ti, se arrastró y por amor
se vendió? ¿Quién demonios te ha querido más que yo? Piénsalo.
Mónica Naranjo | Toda mi vida por un hombre
« agonía »
Extraño sentimiento que se lleva mi vida. Me duele abrir los
ojos, me lástima como el flujo sanguíneo sigue su curso, ahora tan pausado. Siento
cómo mi cuerpo, cada vez más frío, merma, cómo mi cerebro se transforma en
sesos. Mis miedos y pensamientos se olvidan, mis palabras se agotan. Mi luz se
apaga, el cielo ennegrece. Una lágrima se escapa a mis carrillos. Extraño
sentimiento que culmina con la muerte.
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